Boutique de poesía

    Carta pública a y dos poemas de: Jesús Aparicio

    Carta pública a y dos poemas de: Jesús Aparicio

    Querido Jesús, porque bien lo sabes, y porque desde siempre habita en ti el silencio, la contemplación, la luz y la brisa de los amaneceres, dices ahora que “la poesía es/ presentir el misterio”. Llevas toda la vida esperándolo, escuchándolo, escribiéndolo, buscando con la voz en sus anexos, jamás perturbándolo, jamás rompiendo su ser, ese elixir manantial que nos mantiene alerta: el misterio de la vida. Vivir es la poesía: vivir sin ruido, vivir sin daño, vivir con, vivir para. Cuando el hombre logró la palabra, logró la poesía. Tal vez la poesía no sea el modo de acercarse al misterio, sino el misterio que presentimos. Lo es.

    Tú sabes del enigma de las cosas pequeñas, tu sabes de los gestos pequeños, cotidianos. Tú sabes de la misericordia, esa bondad continuada que nos usa y nos premia. Tú la ejerces. Y en Cómo vencer al ruido ––tu último libro–– el agua de la piedad, del afán compasivo, por más que intentas contenerla, se derrama. Vencer el ruido es vivir en la verdad del silencio, de la atención, de la memoria, es buscarse en el tic-tac de quien nos mide, es saber que la ambición es una calle rota, lo imposible. Vencer el ruido es, como decía el de Yepes, salir sin ser notado, pero salir, pero hacer, pero estar, pero dar.