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    «Exposición temporal», de Fulgencio Martínez López

    «Exposición temporal», de Fulgencio Martínez López

    Fulgencio Martínez López nació en Murcia, el 14 de diciembre de 1960. Estudió la carrera universitaria en Madrid. Máster en Filosofía y en Formación e Investigación Literaria y teatral. Es profesor de Filosofía. Ha publicado (entre otros libros de poemas), Carta Partida. Exposición temporal 2, La segunda persona, Línea de cumbres, Cosas que quedaron en la sombra, El año de la lentitud, León busca gacela, Cancionero y rimas burlescas. Es autor del libro de relatos El taxidermista y otros del estilo. Ha editado la antología de poesía española actual La escritura plural. 33 poetas entre la dispersión y la continuidad de una cultura (Ars Poetica, 2019, con prólogo de Luis Alberto de Cuenca). Es también autor de un ensayo sobre la filosofía y la poesía de Antonio Machado, publicado por la Universidad Católica de Pernambuco (Recife, Brasil). Edita y dirige la revista literaria Ágora-papeles de arte gramático.


    EXPOSICIÓN TEMPORAL

    ¡El tiempo es un regalo!

    -Me ocurren ser y estar

    aquí, en esta mañana

    de noviembre, con sol-.

    No es solo el tiempo externo;

    ni solo el biográfico y corto,

    un tiempo casi igual a nada,

    si no fuera por estas migajas….

    El tiempo recogido del alma,

    en el descansillo de un cuerpo

    que, inexorablemente, camina

    a la muerte, mientras el alma

    navega por un mar de tiempo….

    Tiempo en el alma, que no tiene medida,

    ni figura ni peso, ni número ni serie,

    como el olor de una rosa, que no está,

    solo aparece cuando es percibido,

    como chispas, como intermitencias

    de no sé qué hoguera!

    ¿De un sol extranjero quizá,

    al que mi ignorancia llama ¿Dios?,

    cuando mejor sería nombrarle

    el Extranjero, el Invisible,
    o El visible en la gran oscuridad,

    el Oculto a todo el tiempo extendido,

    el Escanciador de momentos?

    Mejor llamarlo así (como Hafez),

    por su más hermoso epíteto:

    el Copero que embriaga por turnos

    al amado y al amante,

    sus sacerdotes son taberneros y poetas.

    Entre Amado y Amante, Hafez, no hay ningún velo.

    Tú eres tu propio velo, quítate ya de en medio. *

    Deja el vino más frío

    cuando vuelve el ciclo

    de los días y de las noches.

    En el sueño es una rosa que acaricia

    un párpado con fiebre;

    cuando se desea, cuando no está

    queda, aún, su brasa (la poesía);

    atrae como el alimento a los vivientes

    cuando brota porque espera en los labios.

    ……..

    Hablo de Dios, de la fuente del poema,

    pero quizá solo esté hablando mi sed,

    esta fuerza que me turba y alza

    al consuelo y a la miseria

    de necesitar decir palabras incompletas

    para seguir vivo; para no morir del todo.