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    JESÚS APARICIO : " CON LA POESÍA INICIAMOS EL CONOCIMIENTO DE NOSOTROS MISMOS"

    JESÚS APARICIO : " CON LA POESÍA INICIAMOS EL CONOCIMIENTO DE NOSOTROS MISMOS"
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    El lenguaje es acto iluminador de la verdad oculta entre las cosas, los momentos y aún también en el silencio de los hombres. Es aquí donde puede emerger la dimensión poética, el nacimiento del verbo, nos sitúa en el origen del ser hablante. La poesía surge como una mediación entre la palabra y el ser de tal manera que sólo en el hallarse poetizado puede el hombre entrar en el ámbito de la verdad alumbradora que nos constituye como existentes. En esta palabra, en este lenguaje hayamos el nuevo libro de Jesús Aparicio (1961) poeta español que lleva en su bitácora once libros, una antología y hoy nos presenta su último trabajo: “La sombra del zapato” (Editorial Ars poética – 2018) Una búsqueda del sentido de la realidad de la búsqueda de la palabra a través de la palabra. Les invitamos a conocer a un tremendo poeta y adentrarnos en esos verbos que dan vida, que se palpan en su último libro.

    -¿Qué te llevó a escribir tú última obra? 

    Lo mismo que me lleva en todas mis obras. Mi poesía en realidad es una obra abierta, en marcha, en la que tras realizar una labor de centinela (como expresa el primer poema del libro, a modo de poética), de escucha atenta al alma de las cosas y de mirada detenida y reposada a cuanto ocurre a nuestro alrededor, la palabra deja su pequeña huella en el papel, y es lo que el lector ve y escucha, y reelabora y reescribe su verso también, el suyo propio. 

    -En la primera parte de tu libro se manifiesta el poder y la presencia que ese poder tiene en nuestras vidas, ¿Tu poesía es un drenaje de esa autoridad? 

    La poesía nos acerca al poder del conocimiento y de la comunicación. Es con ella con la que iniciamos ese conocimiento de nosotros mismos y del mundo, pero es al mismo tiempo el poder de saber comunicar eso mismo a las gentes, de saber transmitir. Entiendo que sin alcanzar esa comunicación los versos quedan vacíos. El poeta que no transmite acaba siendo un vendedor de crecepelo sin sustancia real.