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    «Mayo», de Fulgencio Martínez

    «Mayo», de Fulgencio Martínez

    Fulgencio Martínez (Murcia, 14 de diciembre de 1960). Poeta. Profesor de Filosofía. Máster en Filosofía y en Filología Hispánica. Edita y dirige la revista Ágora-Papeles de arte gramático. Es autor delos libros de poemas León busca gacela, El cuerpo del día, Prueba de sabor, Cancionero y rimas burlescas (Renacimiento, Sevilla), Línea de cumbres (2020, Adarve, Madrid), La segunda persona (2021, Sapere Aude, Oviedo) Carta partida. Exposición temporal 2 (2024, Ars poetica) y Sendas de invierno. Exposición temporal 3 (2025, Ars poetica, Oviedo). Publicó en 2019 La escritura plural, 33 poetas entre la dispersión y la continuidad de una cultura, una antología de poesía española actual, con prólogo de Luis Alberto de Cuenca (Ars Poetica). Ha publicado también un libro de relatos (El taxidermista y otros del estilo) y un ensayo sobre la filosofía de Antonio Machado en la revista Symposium de la Universidad Católica de Pernambuco, Recife, Brasil. Poemas suyos han sido incluidos, traducidos al rumano, en la antología Poezie europeana contemporana, realizada por Valeriu Stancu (ed. Stiinta, Chisinau, Moldavia). Apostrof, revista de la Unión de Escritores Rumanos, publicó en su número de septiembre 2025 una selección de inéditos de su futuro libro Espacio para una urna. Exposición temporal 4.

    Todo frío invierno tiene una alegre primavera diríase. Este es el primer pensamiento que me asalta cuando leo la poesía que anida en Sendas de invierno, que si está escrito por el poeta señero y singular Fulgencio Martínez también está leído por la siempre admirada poeta Dionisia García. Creo que el poeta sabe bien que la palabra poética todo lo regenera: <<y he visto esos campos descombrarse/ con una palabra que los renueva>>. Poderío de imágenes y metáforas. Así pues, en estas Sendas de invierno, Fulgencio Martínez, hace gala de su saber poético, de su quehacer demiurgo, conocedor de su oficio de poeta. O lo que es lo mismo: evocación, sugerencia y ritmo , con pleno dominio del saber poético: <<y ya en tierra aragonesa/ una danza fina nos acompaña>>.

    No me cabe duda de que su poesía está inteligentemente cimentada por la memoria, su mirada y el lenguaje, pues con él y contra él se bate el cobre. Toda su poesía es verso con erudición, bien lo sabe: <<y el amor cuida lo que en él aún late>>. No me cabe ninguna duda, su poesía es como una jaula abierta que regresa a la montaña boscosa, a veces encanecida por la nieve, de la que no sé si se ha ido alguna vez, para encontrar esas personas lectoras que necesitan esta poesía. Versos que disfrutarán leyendo, pues están cincelados por un auténtico orfebre de la poesía y creo firmemente que: <<Desde el Moncayo el cierzo/ mueve estas páginas>>. Enrique Villagrasa

    MAYO

    Esta flor de mayo,

    ¿quién la cogerá?

    Villancico de Jerónimo de Arbolanche

    Balancea por mayo mi casa el cierzo.

    Mi alma inquieta más que una moneda

    pasa de una hora a otra con espanto,

    seguida de ortigas. Mi alma, esa flor

    de mayo, ¿quién la sosegará?

    Mi interna columna, mi carro de espejos

    cómicos, cóncavos y conversos,

    desvelados y con sueño de mil noches

    llenos de azogue. Mi alma, esa flor

    de mayo, ¿quién la sosegará?

    Mi anzuelo de peces caídos del fondo,

    el mundo al revés en la pupila,

    mi torre insegura, inclinada, modelo

    torre de Pisa, mi alma, esa flor

    de mayo, ¿quién la recogerá?

    Fulgencio Martínez. Sendas de invierno. Exposición temporal 3. (ed. Ars poetica, Oviedo, 2025)