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    Ortega frente a Machado: las élites o el pueblo

    Ortega frente a Machado: las élites o el pueblo

    Pedro Menchén habla del dilema de las dos españas en su nuevo libro

    POR ALFONSO GONZÁLEZ.-CALERO

    Dos figuras señeras de la cultura y el pensamiento españoles del siglo XX, Antonio Machado y Ortega y Gasset, con enorme influencia en su tiempo y fuera de él, no habían sido analizados hasta ahora (aunque parezca difícil de creer) en las relaciones recíprocas entre ellos. Hay muchísimos trabajos sobre cada uno de ellos, pero apenas unas líneas dedicadas a la relación entre ambos, que no fue nada sencilla, como este libro del escritor manchego Pedro Menchén viene a aclararnos muy oportunamente.

    En el prólogo, el autor explica así esta elección: «Nadie pensó que podría ser interesante la relación entre dos personas tan dispares, tan alejadas entre sí, humana e ideológicamente, o incluso que pudiera haber material suficiente para construir un libro con los elementos de su relación. Y sin embargo, los hay, abundantes incluso, aunque ocultos la mayoría en la intrahistoria personal de cada uno de ellos».

    La primera anomalía entre ambos personajes es la edad. Machado es ocho años mayor que Ortega; sin embargo en la relación epistolar entre ambos muchas veces da la impresión de que el maestro es el filósofo y no el poeta, como por edad podría deducirse. En segundo lugar hay una diferencia de origen social: Ortega es hijo de una familia madrileña de clase alta; su padre es diputado y fundador y propietario de El Imparcial, uno de los periódicos más importantes e influyentes de la época; mientras Machado procede de una familia andaluza venida a menos, sin apenas recursos económicos, y él mismo no tiene ninguna fuente propia de ingresos hasta los 32 años en que saca una oposiciones para profesor de Francés en Enseñanza Media.

    La desigualdad de la relación se traduce, nos relata Menchén, en los múltiples elogios que Machado dedica al joven filósofo (cuando éste apenas ha publicado más que artículos en Prensa), sin duda interesado en tener acceso a los importantes medios que controlan bien él o bien su familia. Ortega por su parte solo publicó en vida de Machado una crítica a Campos de Castilla, y no volvió a citar al poeta ni una sola vez más en toda su abundantísima obra escrita.

    Al margen de esas diferencias las relaciones entre ambos son correctas hasta 1931, y Machado se integra en la Agrupación al Servicio de la República que había partido de una iniciativa de Ortega y que, al parecer, se presenta públicamente en Segovia, para poder contar con la presencia del poeta, profesor allí en ese momento. Sin embargo la proclamación de la II República y el alejamiento de Ortega con respecto a ella, empiezan a marcar las diferencias (casi nunca explícitas) entre ambos.

    Machado se hace cada vez más consciente del aristocratismo y elitismo que se deriva de los postulados orteguianos, frente a los que defiende la idea pura (y quizá algo ingenua) del pueblo, de los trabajadores en concreto y la radical igualdad entre todos los seres humanos, en el ámbito de la sociedad y de la cosa pública. Una de las escasas críticas explícitas del poeta al filósofo aparece en una carta (un documento privado, pues) de Machado a su ‘musa’ Pilar Valderrama en la que afirma: «Ortega tiene indudable talento, pero es, decididamente, un pedante y un cursi. Las dos cosas se dan en él en dosis guales». El talante conservador (si bien, no franquista) de Ortega chocaría con la lealtad que Machado muestra hasta el final a la causa de la II República, a la que une su vida y su destino.

    El libro contiene muchos más elementos de interés, está narrado con mucha soltura y aporta muchísima información; y nos permite entrar en debates ideológicos que fueron cruciales en la primera mitad del siglo XX en España. También son tratadas en el libro las cuestiones morales y religiosas y las diferentes actitudes que ante ambas mantenían cada uno de los autores, así como sus realidades familiares y sus expectativas laborales.

    Pedro Menchén nació en Argamasilla de Alba (CR), en 1952. Ha publicado numerosos libros de relatos, de ficción, dos obras de teatro, y una autobiografía: Escrito en el agua. Ha obtenido los premios Ciudad de Barbastro de Novela Corta y Ciudad de Alcalá de Narrativa. Desde 1978 reside en Benidorm.