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    Sentir la intemperie

    Sentir la intemperie

    Por Francisco Gómez

    Mi amigo, el poeta José Luis Zerón Huguet, ha publicado hace poco un poemario titulado “Intemperie”, publicado por la editorial Sapere Aude, en su colección AdVersum. Un libro que en realidad son dos: el primero es una reedición convertida en un nuevo volumen de “Solumbre”. El segundo bajo el título ”El vértigo y la serenidad” abarca, como él mismo dice en su prólogo, veinte años de vida y poesía. Esta segundo texto poético, lo reconozco, me ha llegado al alma y algunos versos me han tocado muy adentro. Ahora los releo y las ventanas se abren y las manos se empapan de una sustancia ininteligible, reflejo de la luz que escapa.

    Perdonadme. No soy crítico literario. No lo soy ni pretendo. Sólo sé lo que me llega adentro. Como periodista en la reserva, a veces escribo reseñas. No soy capaz de analizar la forma, el fondo de un gran poemario, como ya han escrito analistas y estudiosos de esta literatura que vale la pena. A pesar de que me acuséis de ser amigo de José Luis, me atrevo a decir que este poeta es uno de los más grandes que tiene Orihuela, después de Miguel Hernández. Así de claro.

    Dejemos que hable él mismo: “He reunido bajo el título de Intemperie dos libros que pueden leerse cada cual por separado…. El primero es una versión actualizada de mi poemario Solumbre, escrito y publicado en 1993 en la colección Almenara de la Asociación Cultural Ediciones Empireuma y hoy absolutamente descatalogado. En agosto de 2019 se despertó mi vena juanramoniana y me dio por reformar este libro después de hacer una lectura rigurosa del mismo con fines a una futura reedición…”. “El vértigo y la serenidad abarca, pues, los claroscuros de algo más de veinte años de mi vida…”. “Creo que podemos hallar vasos comunicantes entre ambos poemarios, razón por la cual los publico juntos. Escogí El vértigo y la serenidad porque así es como yo habría titulado toda mi obra poética si hubiera tenido la oportunidad de publicarla en un solo volumen, y porque estos términos contrarios se asocian en mi poesía”. Algún día será, José Luis. Hay tiempo por delante,

    Presentaste esta última obra tuya en la Lonja de Orihuela el reciente 22 de septiembre, en tu pueblo que este verano amorosa y delicadamente me enseñaste: los lugares, las personas, los recuerdos que siguen ahí aunque el tiempo pasa y como dijiste, la nostalgia no puede anclarnos al pasado porque los días siguen para bien o para lo que sea. Tu poesía es un cruce de caminos; entre la incertidumbre y el desconcierto, el enigma y el miedo. El Amor y la Muerte. La lucha por seguir pese a no conocer bien el camino que recorreremos. El primer libro, más formalista, con más poso de la naturaleza y el universo trascendido bajo tu mirada. Una búsqueda de imágenes que no cesa en el segundo volumen y un detallismo formalista que da paso en el segundo libro a una poesía más discursiva con la difícil sencillez que amo tanto.

    ¿Por qué los grandes poetas evolucionan de esa manera desde la juventud a su madurez? Ese esfuerzo por crear un lenguaje propio, muchas veces barroco, encerrado en sus claves hasta una poesía honda, sencilla en apariencia y de extrema complejidad y sentido? Recuerdo a tanto poetas que amo… José Luis no escapa a esta evolución, bajo mi pobre punto de vista.

    Como te dije en la presentación y te repito por escrito ahora, El vértigo y la serenidad ha supuesto una estocada interna. Tocas los temas que me duelen. Verdadera. Honda. Humanamente.

    Sabes que una parte de mi literatura habla de derrotas y ausencias. No imaginas lo que daría por haber atendido a mi madre anciana cincuenta y un días en un hospital a la espera de su recuperación. Hubiera dado casi todo lo poco que tengo, lo poco que soy por escribirlo en versos como los tuyos, que me han hecho ensuciar tu libro con manchas de agua entre los dedos. Hubiera dado hasta no conocernos y no escribir un solo libro y ser ignorado por los que dicen que no escribo mal del todo. Hubiera ofrecido lo que no tengo por poder hablar de los hijos, con todo el amor, la ternura y la incertidumbre de los versos que tú escribes. El amor y vida con tu pareja, Ada, que los amigos y la literatura me han permitido conocer gracias a nuestro común amigo, Javier Cebrián. Tu Orihuela, el universo desde donde escribes tu obra para el mundo.

    José Luis has escrito un libro que ha removido mis adentros. Gracias. Perdona que esta no sea una crítica literaria. Sólo leo, siento, pienso y escribo. Como tú. Desde el Amor, desde la Duda entre el sol que nace y las tinieblas que nos preguntan.